Ferrer, de menos a más, alcanza su primera final del Godó tras doblegar a Wawrinka

David Ferrer, durante el encuentro ante Stanislas Wawrinka. (REUTERS)
David Ferrer, durante el encuentro ante Stanislas Wawrinka. (REUTERS)
David Ferrer, durante el encuentro ante Stanislas Wawrinka. (REUTERS)
A la sexta fue la vencida y después de seis años de presencia ininterrumpida en Barcelona, el español David Ferrer, quinto jugador mundial,
por fin jugará su primera final del Godó, el objetivo que se había marcado antes de empezar el torneo.

Su rival será el todopoderoso Rafa Nadal, que arrasó a Gremelmayr en semifinales.

Al español le costó casi dos horas sellar su presencia en la última ronda: un largo primer set (7-6), que tuvo casi perdido, y otro parcial mucho más liviano (6-3) en el que ya se sintió dominador de la situación, ante el suizo Stanislas Wawrinka, decimocuarto cabeza de serie.

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El helvético, un jugador que arriesga siempre, que pega duro, con un repertorio de golpes completo, pero que no se mueve con la misma agilidad que los grandes especialista en tierra batida, llevó la iniciativa -en la pista y en el marcador- en estar primera manga, donde tuvo 5-4 y saque y una bola de set en el desempate (6-5), que desperdició.

Ferrer, le dio la vuelta al partido, se llevó el primer parcial en un largo juego de desempate (10-8) y entonces fue él quien pasó al ataque. Cada vez más centrado, cada vez con más confiado, fue minando la moral de Wawrinka, como hacen los grandes en tierra, cambiando de ritmo, moviendo la bola de aquí a allá, desgastando a su adversario para invitarle al fallo.

Se fue arriba

Una ruptura en el quinto juego del segundo set le sirvió para irse arriba. Ahí, Wawrinka, 27 del mundo, empezó a ver la pista más pequeña, la final más lejana, y el español, apoyado por el público de la central, se agrandó aún más.

Acabó muy bien el tenista de Jávea -algo dubitativo al principio- muy entero, muy sólido, con el brazo muy suelto y con otro 'break' en el último juego para firmar el 6-3 definitivo y llevarse el partido.

Se desquitó además de la derrota que el suizo le infligió hace dos años en los dieciseisavos de final del Godó y deshizo, a su favor, la igualdad que hasta hoy había entre ambos (dos victorias para cada uno en sus duelos en el circuito).

Cumplió además con los pronósticos del torneo, porque el primer cabeza de serie, Rafael Nadal, y el segundo favorito, él mismo, jugarán la final del Abierto de Barcelona. Una final de altura entre dos de los mejores especialistas del mundo en arcilla.

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