El tenista suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic se han clasificado este miércoles para las semifinales de Wimbledon, tercer 'grande' de la temporada, tras doblegar con facilidad al ruso Mikhail Youzhny (6-1, 6-2 y 6-2) y al alemán Florian Mayer (6-4, 6-1 y 6-4), respectivamente.

El de Basilea, que jugará su octava semifinal en el All England Tennis Club y bajo la atenta mirada de los Duques de Cambridge, regresa a la penúltima ronda del torneo londinense tras deshacerse con autoridad de Youzhny. El helvético, venido a más a medida que avanzaba el choque, jugó cómodo y pronto pudo efectuar las primeras roturas.

Federer, que pelea por recuperar el número uno para igualar al mítico Pete Sampras, quebró el saque de su oponente al segundo juego, síntoma de que el partido sería una alfombra roja, y ni siquiera se inmutó por el parón por la lluvia. En el quinto volvió a romperle para cerrar el set sin problemas en el siguiente.

El mismo guión tuvo el segundo asalto, con el moscovita entregado desde el comienzo, Federer, a su mejor nivel este miércoles, le arrebató el servicio en dos ocasiones en los tres primeros juegos, y desde el fondo de la pista, evidenció que le hacía falta muy poco para eliminar a Youzhny.

El ruso, que estuvo bastante desacertado, no encontró la manera de detener al exnúmero uno del mundo que, con las mismas premisas, 'barrió' a su rival en la tercera manga pese a que este salvó tres bolas de partido. Otro 6-2, producto una vez más de un 'break' tempranero y sin aspavientos que se tradujo en un billete para las semifinales.

Por su parte, el número uno del mundo Novak Djokovic hizo lo propio ante el germano Florian Mayer, una de las revelaciones en Londres, pero al que ganó sin excesivos problemas en un encuentro que dominó de principio a fin y cuya única dificultad residió en poder cerrarlo. El de Belgrado jugará su cuarta 'semi' en el All England Tennis Club, la tercera consecutiva.

'Nole', sensacional en las subidas a la red, mantuvo un alto porcentaje de acierto en los primeros servicios y supo romper el saque del alemán hasta en cinco ocasiones, suficiente para que pasasen desapercibidos sus errores no forzados.