Evans se viste con un maillot, el amarillo, que ya es imposible para Valverde

  • Tercera etapa para el Saunier Duval: en Hautacam ganó Piepoli.
  • El español Juanjo Cobo acabó segundo y ya es octavo en la general.
  • Sastre, sexto y primer español; Evans, con un segundo sobre Schleck.
Cadel Evans se viste de amarillo. (EFE)
Cadel Evans se viste de amarillo. (EFE)
EFE
Cadel Evans se viste de amarillo. (EFE)

Tres temporadas ha tenido que esperar el Saunier Duval para estrenarse en el Tour de Francia. Tres años de sequía que en esta edición han sido finiquitados con los dos triunfos de etapa de Riccardo Riccò (en Super-Besse y en Bagneres de Bigorre) y el de hoy, en la cima de Hautacam, que logró el también italiano Leonardo Piepoli.

La décima etapa del Tour de Francia 2008, 156 kilómetros entre Pau y Hautacam, concretó una exhibición del Saunier Duval-Scott, ya que la formación cántabra logró un particular doblete: Piepoli se anotaba la etapa y Juanjo Cobo, El Bisonte de La Pesa, entraba junto a su compañero.

Ya avisaba Riccò ayer de las intenciones del equipo: "A partir de mañana trabajaré para que Piepoli gane". Pero la décima etapa también ha dejado otras cosas: Cadel Evans como nuevo líder, una revolución en la general, una consolidación en la figura del estadounidense Christian Vandevelde y un hundimiento llamado Alejandro Valverde.

Hundido un bravo Kim Kirchen (Team Columbia) en la exigente ascensión final, el australiano Cadel Evans ascendió al primer puesto de la clasificación por tan sólo un segundo.El mismo que condenó a otro luxemburgués, Frank Schleck (compañero de Carlos Sastre en el CSC-Saxo Bank) a la segunda posición.

El mayor de los hermanos Schleck fue líder virtual del Tour. Salió a la rueda de Juanjo Cobo, a seis kilómetros del cuarto final del Tour en Hautacam, y le respondió Piepoli. Se formó un trío cabecero que voló hacia la cima y se encontró pronto con un minuto de margen. Schleck pedaleaba hacia el amarillo, pero también frenó todo conato ofensivo de Sastre. A dos kilómetros y medio del final, tras sufrir con dos ataques previos de Cobo y Piepoli, cedió y pasó un bajón. Llegó con 28 segundos de retraso, casi medio minuto donde estuvo su jersey de líder.

Hundimiento de Valverde

Poca recompensa tuvo el CSC, porque la formación danesa fue sin duda la gran protagonista. Un trabajo sólido el de los discípulos de Bjarne Riis, que seleccionaron el grupo de favoritos endureciendo mucho el ritmo en la subida al Tourmalet (2.115 metros). El mítico puerto fue coronado en primer lugar por el prometedor francés Remy di Gregorio (Française des Jeux), el último exponente de una numerosa fuga de 24 ciclistas que se formó en los primeros kilómetros de la etapa. En esa escapada, por cierto, estaba Óscar Freire, jersey verde (el de la clasificación por puntos) de este Tour.

El CSC le sacó los colores a Alejandro Valverde, entre otros. El ciclista murciano se cortó y coronó el Tourmalet con casi un minuto perdido con los Evans, Menchov y compañía. El Caisse d'Epargne, confiando en volver a conectar en el descenso, mantuvo a Óscar Pereiro con Valverde. Grave error táctico. En el llano entre puertos, el trabajo del Caisse d'Epargne y el Lampre quedó en nada. Tras acercarse a 20 segundos, el suizo Fabian Cancellara, una locomotora humana e integrante de la fuga de 24 ciclistas, fue alcanzado por el grupo de favoritos. Se puso a tirar como un loco y distanció al grupo de Valverde a más de dos minutos.

La carrera, en ese momento, acabó para el Caisse d'Epargne. Valverde perdió en la meta 5 minutos y 53 segundos. Pereiro, más aún: 7 minutos y segundos.

Mucho control entre los favoritos

Di Gregorio fue el gran animador del 14 de julio, pero su escapada concluyó en las primeras rampas de Hautacam. El alemán Jens Voigt le dio continuidad al trabajo frenético de Cancellara y el grupo de favoritos que redujo a pocas unidades. El Saunier Duval-Scott pasó al ataque a través de Piepoli. Respondió el ruso Efimkin, reaccionó Frank Schleck y vino un ataque serio: el de Carlos Sastre. Un ataque con el Tour como recompensa. Kirchen se cortó.

El de Sastre fue un fuego de artificio. Evans y Menchov llegaron pronto a la rueda de Sastre; y después Vandevelde y Riccò. Evans, a nueve kilómetros del final, lanzó un ataque que parecía definitivo. Sastre y Menchov se miraron, en un pulso de esos en los que está en juego el "a ver quién tira".

El hueco que logró el australiano se esfumó con un acelerón del ruso y Evans fue cazado. Sastre volvería a atacar a seis kilómetros y medio. Pero se confirmó que el escalador del CSC, Menchov, Evans, Vandevelde y Riccò son los hombres fuertes de esta edición en la montaña.

De este grupo saltaron segundos espadas, se configuró la fuga, se concretó la exhibición del Saunier Duval y Frank Schleck acarició el liderato. Evans, de amarillo, puede sonreír tras sus constantes muestras de mala leche y la preocupante caída que sufrió en la etapa de Bagneres de Bigorre. Carlos Sastre es el primer español de la general, en sexta posición. Mañana, descanso para muchos y reflexión para muchos más.

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