Gervasio Deferr se retira porque está convencido de que no puede volver a ser campeón

  • El gimnasta catalán se despide a un año de los Juegos Olímpicos de 2012.
  • De ahora en adelante, será responsable técnico en el CAR de Sant Cugat.
  • Además, ocupará un cargo en la junta directiva de la Federación.

El doble campeón olímpico Gervasio Deferr ha anunciado este lunes su retirada de la gimnasia empujado por el convencimiento de que no puede "volver a ser campeón".

"Después de quince años intentando estar entre los tres mejores del mundo, seguramente podría seguir y clasificarme para los Juegos de Londres, pero no ganar. Un día sí, pero no habitualmente. Y perder me quema el cuerpo", afirmó en un acto de homenaje organizado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) en Madrid. "Si no he perdido nunca, no me puedo retirar perdiendo. Sería demasiado doloroso para mí", insistió.

Rodeado de familiares, compañeros, entrenadores y directivos, Deferr anunció, a la par que su retirada de la competición a sus 30 años, sus nuevas tareas como responsable técnico de gimnasia en el CAR de San Cugat y como miembro de la flamante junta directiva de la Federación Española, presidida desde diciembre por su ex compañero Jesús Carballo.

Además, continuará al frente del club que ha abierto en el barrio barcelonés de La Mina, orientado a introducir en la gimnasia a niños de familias poco favorecidas.

"Tengo que aprender a enseñar. Pero es muy gratificante. Parece que los chicos me entienden y van mejorando cuando están conmigo. Es el momento perfecto", afirmó, "para empezar una nueva etapa como entrenador. Tengo ganas y tiempo".

"Es complicado decir adiós, pero voy a seguir igualmente ligado a la gimnasia y mi satisfacción tras acabar los ejercicios con los otros chicos será la misma que si hubiera entrenado yo", aseguró.

Tanto el propio Deferr como los técnicos y compañeros que participaron hoy en el acto de homenaje alimentaron con recuerdos y anécdotas la doble imagen que ha marcado la carrera del deportista, la de competidor genial e imprevisible y la de alumno rebelde e inconformista.

"Nunca me he llevado muy bien con los entrenadores", admitió Deferr, oro en salto en Sydney 2000 y Atenas 2004 y plata en suelo en Pekín 2008. "Todo ha sido muy difícil, porque he tenido que aprender a ser disciplinado y no me gustaba serlo. Más bien, me gustaba no serlo", reconoció.

Por ello, agradeció la confianza depositada en él por técnicos como el seleccionador Álvaro Montesinos, "que en Atenas y Pekín dio el paso de dejar fuera a otros gimnastas que estaban mejor, porque confiaba en que al llegar la competición", apuntó, "yo estaría en forma, como así fue".

Lissavetzky alabó al gimnasta

El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, definió a Deferr como "un tipo de los que merece la pena tratar en la vida" y afirmó que le gustaba "su puntito transgresor". "No puede desaparecer del mundo de la gimnasia alguien como él", dijo.

Jesús Carballo admitió la "envidia sana" que siempre sintió por los triunfos olímpicos de Deferr y por su capacidad para dar el máximo en el momento oportuno. "Cuanto mayor era la presión, más se crecía", indicó.

Pero quienes más emociones transmitieron a los asistentes al acto fueron el hermano mayor de Deferr, Pablo, con sus recuerdos de los primeros éxitos de Gervasio y también de sus momentos de duda, y su ex compañero Víctor Cano. "Gervasio nos convirtió a todos (los gimnastas españoles) en privilegiados. Él ganaba y los demás nos sentíamos también campeones olímpicos", señaló.

"En competición no ha tenido rival, ha sido un genio", afirmó Cano. "Entrenando era otra cosa".

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