Fuentes y Saiz niegan que sus prácticas fueran delito

El exdirector deportivo Manolo Saiz (d), acompañado de su abogado, Ignacio Arroyo (i), a su llegada hoy a la última sesión del juicio de la operación Puerto.
El exdirector deportivo Manolo Saiz (d), acompañado de su abogado, Ignacio Arroyo (i), a su llegada hoy a la última sesión del juicio de la operación Puerto.
EFE
El exdirector deportivo Manolo Saiz (d), acompañado de su abogado, Ignacio Arroyo (i), a su llegada hoy a la última sesión del juicio de la operación Puerto.

La defensa de Manolo Saiz afirmó que éste no cometió ningún delito, que ninguna de las pruebas presentadas en el juicio de la Operación Puerto le señalan como miembro de la trama y que no debió ser imputado como no lo fueron otros directores deportivos de ciclistas tratados por Eufemiano Fuentes como Eusebio Unzue y Bjarne Riis.

El letrado de Saiz, Ignacio Arroyo, inició hoy la última de las 24 sesiones del juicio desarrollado desde el pasado 28 de enero en el Juzgado de lo Penal número 21 de Madrid, donde discrepó de los planteamientos hechos por las acusaciones sobre la oportunidad de "limpiar al deporte español" con una sentencia ejemplarizante.

"Se han equivocado de sitio. Este juicio no es al deporte español, es por un delito de la salud pública. Es muy difícil pedir a la juzgadora que se tiene que basar en el artículo 361 del Código Penal cuando se cometieron los hechos. El legislador español no reguló hasta 2006 el delito de dopaje", dijo.

Arroyo defendió que los hechos "no son constitutivos de infracción penal" y aseguró que "la sangre no es un medicamento porque la Ley del Medicamento no la considera así y todos los peritos" que han declarado en el juicio "así lo han dicho".

Tras indicar que si en el año 2006 se introdujo en el Código Penal el artículo 361 bis "para perseguir al entorno del deportista, es porque con el 361 no podía hacerlo", reiteró que los hechos juzgados solo tienen cabida en este último, aunque "se debe acreditar que la sustancia ha causado un daño concreto en el deportista".

"Si no lo haces así se confunde el plano administrativo y el penal. Aquí no se ha realizado ninguna pericial. Manolo Saiz no ha podido ser autor, ni tampoco cooperador necesario. Aquí hablamos de deportistas profesionales que pueden hacer elección de médico", señaló.

Arroyo también afirmó que en el juicio ha quedado constancia de que Manolo Saiz no tenía relación alguna con Yolanda Fuentes y que conocía a Vicente Belda y José Ignacio Labarta, los otros acusados, del ámbito deportivo, y desmontó la teoría de que Saiz llevaba dinero para pagar a Eufemiano Fuentes en el momento de su detención.

"Él entró y salió con el dinero de la cafetería. No pagó ni un euro. Dio una explicación de por qué llevaba dinero en moneda de distintos países", dijo, antes de señalar que las declaraciones de los ciclistas citados como testigos no le incriminan.

Arroyo aseguró que su defendido tampoco fue colaborador de Eufemiano Fuentes, según se ha desprendido de las declaraciones de testigos y del instructor de la Guardia Civil, y que las escuchas telefónicas intervenidas han demostrado que "no formaba parte de ningún grupo".

"Hablaban de él despectivamente, que no sabían a qué venía ni dejaba de venir. Y en la prueba documental en ningún folio intervenido hay letra de Manuel Saiz", indicó al referirse a los calendarios de preparación en los que aparecían las iniciales PAI que corresponden a Pablo Antón Idroquilis, según el instructor en los atestados.

El abogado también recordó que el Liberty tenía autorización para incluir el medicamento "Synacthen" en su botiquín, según acreditó la perito María Ángeles Saavedra, y cuestionó la imputación de Manolo Saiz cuando no lo están ninguno de los médicos de su equipo, Alfredo Córdova, Raquel Ortolano y Sergio Quilez.

La relación de Fuentes y 'Pipe' González

El letrado, por último, explicó por qué en la primera sesión del juicio preguntó a Eufemiano Fuentes si conocía a José Javier "Pipe" Gómez, presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales.

"Le pregunté si le conocía porque en esta causa ha estado personada como acusación la Asociación de Ciclistas Profesionales. Contestó que le conocía, que había sido cliente o paciente o lo que fuera de Eufemiano", concluyó.

"No es delito"

El abogado del médico Eufemiano Fuentes ha sostenido que las prácticas que éste realizaba en 2006 no constituyen delito porque en esas fechas el dopaje deportivo no estaba tipificado como tal y porque la sangre no está considerada un medicamento en España.

El letrado Tomás Valdivielso ha comenzado su alegato recordando que el dopaje no se consideró delito en España hasta que la primera Ley Antidopaje entró en vigor en febrero de 2007 y ha dicho que es "imposible" aplicar ahora esas normas a hechos anteriores a esa fecha.

"Las conductas (de Fuentes) eran atípicas y sin encaje penal hasta febrero de 2007. No pueden ser objeto de ningún reproche penal", ha dicho Valdivielso, que ha asegurado que las prácticas del acusado tampoco encajan en el artículo 361 del Código Penal, que sí estaba vigente en esa época pero que se refiere a la administración de medicamentos deteriorados con riesgo para la salud.

Según el abogado, pretender aplicar ese precepto a las transfusiones de sangre realizadas por su representado "es una tarea estéril" porque las leyes españolas establecen claramente que la sangre no es un medicamento, como certificó en el juicio el jefe del departamento de Medicamentos de Uso Humano de la AgenciaEspañola de Medicamentos y Productos Sanitarios, César Hernández García.

"La sangre no es un medicamento. Lo dice la ley y es a esa ley a la que tenemos que estar", ha señalado Valdivielso, que ha llegado a decir que, "al margen de consideraciones éticas y morales", las prácticas de Fuentes y de su socio el hematólogo José Luis Merino eran "lícitas y legales" y ha asegurado que el Colegio de Médicos de Madrid las consideró ajustadas a la deontología médica.

Por su parte, el médico Eufemiano Fuentes ha asegurado, durante su turno a la última palabra en el juicio de la Operación Puerto, que en sus 35 años de ejercicio profesional "jamás" ha perjudicado la salud de ninguna de las personas que ha tratado y que su fin como médico es "proteger la salud, no dañarla".

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