Lleva apuntado en el gimnasio desde los 19 años, pero haciendo ejercicio mucho más. Rocky fue el primer entrenador del que es, ahora mismo, el campeón europeo de Culturismo Máster.

A los 35 años dejó su trabajo para poder dedicarse a lo que realmente le apasionaba: las pesas. Un camino lleno de sacrificios que, para el campeón, ha merecido la pena.

¿Cuál es su rutina en el gimnasio?

Si voy a competir acudo todos los días. Hago una hora y media  de pesas y hora y media de cardio. Si no voy a competir me relajo un poco, voy seis días y entreno una hora y media.

¿Con qué complementa el entrenamiento?

Como ocho veces diarias, o a veces hasta diez, y como de todo: puedo comer diariamente un kilo y medio de pollo o ternera, huevos, pescado, patatas, verduras, arroz, pasta, frutas… Evito los fritos y el azúcar procurando que todo sea a la plancha, al horno o hervido. También tomo batidos de proteínas, vitaminas, complejos preparados, creatinas, hidratos de carbono lentos o rápidos en función del momento del día. La suplementación no es más ni menos que el apoyo a la comida. No se pueden sustituir las comidas por suplementación. No existe el suplemento milagro. Lo único que existe es el trabajo, lo demás son ayudas. Como ni fumo, ni salgo de copas, ni tengo ningún vicio es en lo que me gasto el dinero. Es mucho más barato comer pollo que salir de fiesta y beberte seis copas a 15 euros la copa cada semana.

¿Si no fuera culturista haría otro tipo de ejercicio que por el culturismo no puede?

Llevo en el gimnasio desde los 19 años. Ahora tengo 41 por lo que he hecho de todo: spinning, abdominales... Es algo que tienes que llevar dentro, que te apasione. A mí lo que siempre me han gustado son las pesas. Vendría al gimnasio igual. Antes trabajaba en otras cosas que no tenían nada que ver, en temas de soluciones online para empresas. Era director comercial y lo dejé todo a los 35 años para dedicarme a esto. Decidí convertir mi hobby en mi trabajo.

¿Cuándo se apuntó al gimnasio por primera vez?

A los 19 o 20 años. Antes mi entrenador era Rocky, lo que hacía Rocky lo hacía yo y si Rocky hacia flexiones a una mano yo también las hacía. Yo creo que todos los chavales con 15 años empiezan un poco así sin tener mucha idea. Yo hacía 2.000 abdominales diarios, me tiraba una hora y media.

¿Cuánto es el máximo tiempo que ha estado sin entrenar?

En los últimos siete años no he estado más de tres días sin entrenar. Incluso acaba un campeonato y al día siguiente estoy entrenando otra vez. Es lo que más me gusta. En cuanto tengo un huequecito me escapo al gimnasio a hacer lo que pueda rápido y me vuelvo.

¿Cuenta con el apoyo de sus seres queridos?

Mi familia siempre me ha apoyado, que hiciera lo que quisiera que me hiciera feliz, desde mi mujer hasta mi madre. Aunque si que es verdad que hace años metía a escondidas en casa los botes de batidos de proteínas. No es como ahora que ves batidos en todos los lados. Los metía debajo de la cama, lo preparaba ahí y luego lo metía en una mochila. Era como si tuviera nitroglicerina. Por cierto, estaban asquerosos los batidos de aquella época.

¿Qué es lo que más le llena de su estilo de vida?

Cuando te dicen que has ganado. Siempre me acuerdo en primer lugar mi familia y en segundo lugar de lo mal que lo he pasado y de lo que he sufrido. Hay que vivirlo para saber lo que se sufre para llegar a ese momento. Cuando ganas el internacional te tocan el himno que también es algo que emociona mucho, por lo menos a mí, pero sobre todo me acuerdo del sacrificio enorme para llegar a esto, porque se pasa mucha hambre.

¿Se ve mejor el culturismo hoy en día?

El culturismo está más aceptado porque se han creado categorías nuevas como Men's Psyque, categorías Bikini… Yo soy preparador de chicas Bikini y son categorías que ves mucho más accesibles. Antes veías a un culturista y era como "Jamás se puede llegar a esto" pero ven a gente con físicos muy bonitos sin un tamaño tan exagerado y la gente se identifica. Ve accesible el poder llegar. Las marcas de suplementación y ropa los empiezan a usar como modelos y la gente empieza a querer parecerse a esos físicos. Eso que empieza a gustar es el hermano pequeño de lo que nosotros hacemos.  Una vez entras dentro te vas educando el ojo y vas aprendiendo lo que supone el esfuerzo. Es una moda que a todos nos está beneficiando.Va todo vinculado: los nuevos gimnasios, que se hayan introducido mucho a las chicas en ellos, la imagen, la estética, los medios e Internet hacen que el culturismo, que antes era un subproducto, un refugio, una cosa rara se empiece a ver más accesible. Se dan cuenta de que no te comes a nadie y no vas pegando a la gente por la calle como se piensan.