Cristina Vizcaíno: subcampeona del mundo, quiere ir a los Juegos y trabaja en un Decathlon

  • La karateka busca financiación para prepararse para los JJ OO de 2020.
  • Denuncia que no puede competir en igualdad de condiciones con sus rivales.
  • Trabaja 30 horas semanales en un Decathlon y después se va a entrenar.
  • "Nos lo tenemos que costear nosotros primero", dice sobre las competiciones.
La karateca madrileña Cristina Vizcaíno.
La karateca madrileña Cristina Vizcaíno.
JORGE PARÍS
La karateca madrileña Cristina Vizcaíno.

Cristina Vizcaíno sale de trabajar del Decathlon, empresa en la que hace 30 horas a la semana, y después pone rumbo a un duro entrenamiento. Es la actual subcampeona de Europa y del mundo, pero su deporte, el kárate, no solo no le da para vivir, sino que además le cuesta dinero. Eso sí, renunciar a su sueño no es una opción: quiere ir a los Juegos Olímpicos de 2020.

Es algo habitual en los deportes minoritarios en España. Los deportistas, pese a los éxitos que tienen, no logran vivir de ello e incluso tienen que poner dinero de su bolsillo. En el caso del kárate, se da una particularidad, se estrena como deporte olímpico en los próximos Juegos Olímpicos, en Tokio en 2020.

Y aquí nos encontramos con Cristina. Ha sido 15 veces campeona de España, tres de Europa y dos subcampeona del mundo. A sus 29 años quiere ir a unos Juegos, pero desea hacerlo en igualdad de condiciones, habiendo hecho una preparación acorde a la magnitud del evento. Y para ello busca un patrocinador que le permita poder dedicarse a tiempo completo a su actividad, como es el caso de sus rivales.

"Es complicado para los que no pertenecemos a deportes mayoritarios. Pido un patrocinador porque las Olimpiadas se deciden por la Liga Mundial, que no nos la paga la Federación, solo nos da una ayuda a final de año si tiene dinero. Nos lo tenemos que costear primero nosotros y ya la Federación en función de lo que tenga, nos ayuda", cuenta la karateca madrileña.

Al ser el kárate un nuevo deporte olímpico, no está claro si podrá recibir una beca del Comité Olímpico Español ni cuándo, lo que hace que Vizcaíno tenga que buscarse la vida por su cuenta. "En principio sí vamos a tener esa ayuda, pero al ser deporte olímpico de nueva inclusión no sabemos cómo va a ser. Estamos en un limbo, no sabemos. En principio será en función de lo que pasó en el pasado Europeo, pero como no está aprobado...", explica.

Cuando Cristina Vizcaíno empezó en el kárate, recuerda ser "la única niña", aunque ahora cree que es un deporte muy practicado por las mujeres. "Creo que la violencia de género tiene mucho que ver, las mujeres que se apuntan más mayores a kárate es para defenderse".

"Yo quería hacer baile, era una niña muy inquieta. Recuerdo que había un niño en la guardería que mordía a todo el mundo, pero a mí no porque yo me defendía. Mi padre decidió que tenía que hacer kárate, lo compaginé con el baile, me dijeron  que después de un año podría elegir el que más me gustara… y luego no me dejaron. Me dijeron que me quedara en kárate", relata.

Después, descubrió que lo que le gustaba era "hacer combate" y llegó la hora de luchar, en sentido literal y figurado. "Tengo mi carrera y un master y ahora estoy haciendo mi segundo master. Tienes que dejar un poco de lado a los amigos a la familia, no puedes salir tanto, pero es acomodarse a trabajar, también me he pagado los estudios. Es sacar tiempo de donde no lo hay", cuenta Cristina.

Lo que más le duele a la karateca es no competir en igualdad de condiciones con sus rivales, algo que sí sucedería con un patrocinio o una beca. "Dejaría el trabajo, con una excedencia o lo que fuera, y me dedicaría a preparar las Olimpiadas. Como se van a preparar mis contrincantes. No tenerla sería una desventaja muy grande, yo ahora mismo estoy en el top-10 del mundo, pero mis rivales ahora se van a dedicar exclusivamente a eso. Van a todos los campeonatos de la Premier League, y si yo solo puedo ir por ejemplo a seis, pues son cuatro que no puntúo nada y ellas sí", protesta.

Sus objetivos están claros, quiere "quedar campeona de Europa en mayo y del mundo en noviembre", pero insiste en su desventaja, "yo no me puedo preparar como las chicas de otros países".

Y concluye con una frase con la que convencer a los patrocinadores: "Espero ser una medalla en los Juegos de Tokio 2020". ¿Hay reclamo mejor?

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