Los mejores caballos y jinetes del mundo competirán desde este viernes y hasta al domingo en el 103º Concurso de Saltos Internacional de Madrid, que supondrá el arranque del Longines Champions Tour, el Mundial de esta modalidad hípica. Un centenar de jinetes y más de 150 equinos disputarán 15 pruebas, en las que se repartirán 400.000 euros en premios.

Una de las grandes promesas españolas es Huaso, "un caballo joven de 9 años, que ya está compitiendo al más alto nivel. Tiene un gran futuro", asegura Juan Antonio de Wit en las cuadras del Club de Campo Villa de Madrid, donde se disputará el certamen.

El jinete, de 59 años, ha montado durante cuatro años a este ejemplar, tiempo suficiente para conocerse. "Claro. Es muy nervioso y sensible. Tienen un corazón enorme, pero es un poco bruto y con mucha energía. Con los años, le hemos encauzado. Su plenitud tiene que llegar entre los 10 y los 13 años", comenta Juan Antonio. Ambos ocuparon el cuarto puesto en el reciente Campeonato de España.

Su potencial tendrá que ser demostrado con resultados, pero, actualmente, su precio ronda "los 150.000 €. Es dinero, pero los caballos que ganan mucho pueden llegar a costar dos o tres millones".

De Wit, valenciano de nacimiento, pero cuyos orígenes son holandeses, deja claro que un caballo de competición "es un deportista de élite: tiene sus médicos, sus fisioterapeutas, se le cuida la alimentación, se le hacen análisis, se entrena dos veces al día... De él se ocupan siempre cuatro o cinco personas".

Y, ahora, la eterna pregunta: ¿qué es más importante, el jinete o el caballo? "Un 70% para el caballo y un 30% para el jinete. De todas formas, es un animal y siente y sufre, por lo que un mal jinete, puede estropear a un buen caballo, y uno bueno, puede mantener durante más tiempo ese 70%".

Juan Antonio de Wit aprovecha para romper el tópico de que montar a caballo es caro. "Hay que diferenciar entre competición y equitación. Lo primero es caro, pero el placer de montar a caballo no es más caro que otro deporte. Hay cantidad de escuelas y picaderos en los que puedes comprar un bono y aprender para disfrutar luego de paseos por el campo, que es de lo más bonito que hay".

En los campeonatos como el 103º CSI Madrid también se puede comprobar que la hípica es un deporte muy familiar: "Es bonito ver cómo los padres vienen con sus hijos y pueden pasar todos un día juntos. A los niños les encanta ver a los caballos, acariciar y peinar a los ponis. Se lo pasan de maravilla. La gente no debe tener miedo a acercarse a la equitación".