Barredo rozó la victoria en Saint Etienne; Carlos Sastre, un día más de amarillo

  • La 18ª etapa del Tour 2008, para el alemán Marcus Burghardt.
  • Carlos Sastre pasó sin problemas una etapa que resultó tranquila.
  • Damiano Cunego entró a más de 20 minutos del ganador.
Marcus Burghardt, vencedor de la 18ª etapa del Tour 2008; Carlos Barredo concluyó segundo (EFE).
Marcus Burghardt, vencedor de la 18ª etapa del Tour 2008; Carlos Barredo concluyó segundo (EFE).
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Marcus Burghardt, vencedor de la 18ª etapa del Tour 2008; Carlos Barredo concluyó segundo (EFE).
El asturiano Carlos Barredo rozó la victoria en Saint Etienne, meta de la 18ª etapa de un Tour en el que los favoritos se han tomado una tregua temporal hasta la crono del sábado.
Carlos Sastre disfrutó del amarillo tras una noche en la que, el mismo lo reconocía en la salida, había "dormido abrazado al maillot". Barredo, decíamos, estuvo cerca, pero rodó escapado con un mal cliente, el alemán Marcus Burghardt (Team Columbia), si tenía que disputar un
sprint con él. Porque Burghardt, ganador de la Gante-Wevelgem en 2007, es de esos corredores con una punta de velocidad que los hace
casi imbatibles si te la juegas cara a cara.

Barredo, que esta temporada también sabe qué es ganar (lo hizo en una etapa de la París-Niza), lo sabía y, por eso, intentó marcharse en solitario en la última dificultad orográfica del día, una cota de cuarta categoría (Sorbiers) a menos de diez kilómetros para el final; pero Burghardt se soldó a la rueda de su rival en los diferentes intentos del asturiano. Es más, hasta le atacó con un acelerón del que tardó en sobreponerse Barredo, quizá demasiado generoso a la hora de tirar.

El asturiano optó por ponerse a rueda. Burghardt tiraba con un ojo en la meta y otro en su retaguardia. Se llegó al último kilómetro y, como si de una prueba de pista se tratase, los dos escapados se marcaron hasta los últimos 200 metros. Arrancó el alemán y Barredo no tuvo opción. Se impuso la lógica. El Quick Step sigue sin conocer la victoria en este Tour (echará de menos el desparpajo de Boonen, vetado por la organización) y el Columbia suma su quinto triunfo parcial (Cavendish logró los otros cuatro).

Tres minutos y medio después llegaron, también escapados, los franceses Feillu (Agritubel) y Le Mevel (Credit Agricole) y el Euskaltel Mikel Astarloza, que otro día intentó meterse en la fuga buena. Casi a siete minutos entró el pelotón, que se tomó un día de relax con dorsal aún a pesar de las trampas orográficas que escondían los 196,5 km entre Bourg d'Oissans y Saint Etienne. Cuando no hay ganas, no hay ganas. O fuerzas.

El relax tuvo una excepción. Y mayúscula: Damiano Cunego. El italiano, líder del Lampre, se fue al suelo. Aunque se descartó demasiado pronto para luchar por la general de este año, un sueño que le llevó a renunciar al Giro, el príncipe veronés es un hombre con caché. Hoy, acompañado por una guardia pretoriana de cuatro ciclistas que llegó a meta 20 minutos 12 segundos después que Burghardt.

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