La conquista de un hueco entre los grandes del fútbol europeo fue una dura empresa para el cuadro español, que estuvo a merced de su rival durante muchos minutos y a un sólo tanto de ser condenado a la Copa de la UEFA, un consuelo menor que ahora afrontará el Mónaco.

No tuvo una salida en tromba el cuadro monegasco. Consciente de que el objetivo a cumplir estaba sólo a un tanto de distancia. Eso ayudó al cuadro sevillano, que tras digerir el susto dado por Adebayor a los diez minutos, resuelto por Doblas, rentabilizó, siete después, su primera aproximación seria al área de Warmuz.

Fue en la jugada más elaborada por el cuadro de Lorenzo Serra Ferrer, con un puñado de centros precisos y con el balón orientado hacia la banda izquierda, donde Xisco apuntó al área local y su centro fue perfectamente aprovechado con la cabeza por Oliveira (0-1).

La situación se puso de cara para el Betis. El Mónaco reaccionó a lo loco. Pero el desbarajuste descontroló, inexplicablemente, al cuadro español. El Betis perdió el rumbo. Marcos Assuncao y Rivera desaparecieron del juego. Y Joaquín se perdió en intentos desbaratados por sus rivales con dureza.

Problemas para el Betis

El Luis II se empezó a nublar para el cuadro de Serra Ferrer y el Mónaco encontró vía libre a sus intenciones por medio de balones directos a sus puntas Kapo y Adebayor, poderosos en el juego aéreo.

Tras un par de buenas intervenciones de Doblas, el conjunto sevillano sintió el temblor de su pulso a la media hora de juego, cuando tras una combinación con los atacantes locales Gerard, el ex jugador del Barcelona, no desperdició un balón en la media luna para batir, con un tiro por la escuadra, al portero andaluz (1-1).

Penalti y parada de Doblas

El tanto espoleó al Mónaco. Siempre al margen del orden y sostenido por la fe. El desaguisado pudo ser mayor para los españoles si Doblas no llega a desbaratar un penalti injusto lanzado por Meriemo.

Juanito, multiplicado en sus funciones junto a su compañero de fatigas Rivas, evitó, de forma imposible, el segundo del Mónaco. Sacó de cabeza, a ras de suelo y sobre la línea de gol un disparo de Sorlin.

Tras el descanso, el primer balón que tocó fue a portería (2-1). Con todo el tiempo por delante situó al Betis al frente del abismo. Adebayor disparó al palo. La eliminación sevillana merodeó permanentemente por la zona bética.

Hasta que Oliveira selló un gol imposible. Con una arrancada desde el centro del campo, pasando por alto las acometidas de cuatro defensas, rubricada con un tanto histórico que supuso una clasificación memorable.