Una mezcla de velocidad e intensidad, tan constante como atosigante, desmontó desde bien temprano las buenas intenciones de un Athletic de Bilbao que buscaba en Bielorrusia retomar el pulso y acabo rendido ante la personalidad del BATE y la electricidad de Polyakov, Karnitski y, sobre todo, Mladenovic y Signevich. Una derrota que exporta a la Champions su mala andadura liguera (cuatro derrotas, un empate y solo una victoria) y ensalza a un BATE coral y frenético que venía de debutar en esta edición siendo goleado en Oporto.

Apenas un esbozo de actitud, muy al principio, desplegó el Athletic en el Borisov Arena. Un pellizco y un disparo lejano de Beñat (min 6). Después, desbordado por las circunstancias, el conjunto vizcaíno sufrió lo insufrible ante las constantes acometidas de unos locales prestos para el robo, raudos en las presión y frenéticos en el contragolpe; pero también dotado para el manejo y la inventiva cuando lo quisieron. Y es que no había oposición en las filas bilbaínas, incapaces de leer el partido. Una actuación tan horrorosa que la fealdad acabó ensalzando aún más al rival.

El gol de Polyanov, un remate a puerta vacía  después de que un compañero prolongase de cabeza un córner, premió a los 18 minutos el afán de un BATE que redobló su apuesta y malgastó numerosas ocasiones. La defensa vizcaína carecía de la capacidad de contener al BATE lejos de su área y vivía lastrada y acomplejada por la incapacidad de generar circulaciones a la hora de jugar el balón por la línea de medios. La zaga era un ejercicio de supervivencia constante ante un BATE que servía balones desde las bandas a varios posibles rematadores. Ataques en tromba.

El 2-0, con aires de sentencia, y tras un balón al palo anterior de Signevich, llegaría en una hermosa jugada de concreción un tanto imprecisa. Una asociación encadenada con balones largos y cortos que Karnitski acabó mandando a la red gracias al impacto, flojo, en un defensor que cogió a contrapié a Iraizoz. Sin embargo, de la nada, tras una genial recepción del balón, Muniain se fabricó una asistencia para Aduriz y el guipuzcoano, al filo del descanso, mantuvo en el partido a los vascos. Así es el fútbol.

Ernesto Valverde intentó revolucionar al Athletic con dos cambios en el arranque. Sin capacidad de retener y crear en el medio, Txingurri apostó por la velocidad para las bandas como revulsivo. La apuesta acabaría mostrándonse interesante, pero ni Iraizoz ni la defensa dejarían de sufrir lo indecible ante los ataques bielorrusos. En parte, también, porque al desastre creativo se le unieron varios errores en las entregas bien leídos por los bielorrusos. En general, Signevich fue una pesadilla. Y cuando el Athletic se volcó, con un punto desesperado, y otro de falta de puntería (Iturraspe, min 63; Toquero, min 87), acabó apareciendo Chernik para frustrar la ocasión de Markel Susaeta (min 80). Una derrota preocupante por la imagen y por sus vasos conductores con la Liga. Aunque con margen de error.

2 - BATE Borisov: Chernik; Khagush, Polyakov, Flipenko, Mladenovic; Gordeychuk (Olekhnovich, min 90+1), Yablonski, A. Volodko, Maksim Volodko (Yakovlev, min 80); Karnitski (Rodionov, min 85); Signevich.

1 - Athletic: Gorka Iraizoz; Iraola (Toquero, min 76), Laporte, San José, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (Susaeta, min 46), Beñat; Muniain, Ibai Gómez (De Marcos, min 46) y Aduriz.

Goles: 1-0 (min 18): Polyakov; 2-0 (min 40): Karnitski; 2-1 (min 44): Aduriz.

Árbitro: Stéphane Lannoy (Francia).  Mostró amarilla a Polyanov (min 67), Beñat (min 83), Laporte (min 90+2).

Incidencias: segunda jornada de la fase de grupos de la Champions. Grupo H. Celebrado en el Borisov Arena.