Oro en 2008, en la edición celebrada en la localidad toledana de Talavera de la Reina, el murciano Alejandro Valverde conquistó este domingo su segundo título nacional de fondo en carretera. Y también bajo un intenso calor. "Al final he aprovechado mi potencia en el último repecho para poder ganar. Ha sido una carrera muy intensa y dura y hemos estado a un nivel muy bueno, por lo que llego en buena forma al Tour", valoró el de Las Lumbreras.

En Cáceres, en los primeros campeonatos que se celebran en Extremadura (y esta competición ciclista, que arrancó en 1897, es la más veterana de cuantas se organizan en España), el murciano del Movistar impuso su punta de velocidad en el sprint que resolvió la lucha por las medallas ante el burgalés Carlos Barbero (Caja Rual), tercero en 2014, y el conquense Jesús Herrada (Movistar), campeón en 2013 y bronce en 2011.

Una edición expuesta a un intenso calor, con temperaturas superiores a los 40 grados, y no especialmente extensa a cuanto kilometraje. La prueba reina de los Nacionales se disputó sobre 189,5 kilómetros, una distancia demasiado corta con respecto a los kilometrajes sobre los que suelen disputarse las pruebas de fondo de los campeonatos del mundo de ciclismo.

El sexto título nacional consecutivo de la estructura que sostiene al equipo Movistar, el octavo desde 2007, se gestó en una jornada donde impuso su poderío en su pulso con la otra gran formación profesional estatal, el Caja Rural Seguros RGA. Las dos escuadras tenían bazas para una llegada masiva, pero también unos cuantos aspirantes si se concretaba la escapada. El intento protagonizado por Peio Bilbao y Gorka Izagirre, el último de los que se dieron en Cáceres y cazado a unos tres kilómetros del final, simbolizó esa coyuntura.