Durante la tarde de este miércoles y  bien entrada la madrugada del martes, los aficionados de Rusia e Inglaterra la volvieron a liar, esta vez en Lille. Los altercados del martes —que dejaron cinco hinchas rusos detenidos— estuvieron a punto de reproducirse en la tarde del miércoles.

Tras unos momentos de tensión en los que parecía que el enfrentamiento entre aficionados iba a ser inevitable, las fuerzas de seguridad consiguieron que los hinchas se dispersasen mediante el uso de gas lacrimógeno contra la multitud.

En esta pequeña ciudad de Francia ha jugado Rusia esta tarde. A lo largo de la tarde de ayer, y durante la madrugada también, se produjeron incidentes entre hooligans rusos y grupos de hinchas ingleses y galeses alojados en esta ciudad situada a apenas 40 kilómetros de Lens, donde sus combinados nacionales se enfrentarán el jueves.

Sillas voladoras y una terraza de un restaurante destrozada son algunas consecuencias del enfrentamiento, que tuvo lugar pese al fortísimo despliegue policial, con más de 4.000 efectivos intentando mantener una seguridad que no lograron. Los incidentes acabaron con la detención, hasta el momento, de cuatro hinchas rusos. Dos de ellos fueron arrestados durante una pelea con hinchas rusos.

Desde Moscú no se ha tardado en reaccionar a esa detención. "Es inaceptable", señalaron fuentes del gobierno.

Tras las batallas campales de seguidores radicales rusos y aficionados ingleses en Marsella (sur) el pasado fin de semana, que dejaron 35 heridos y 10 detenidos, aunque ninguno de ellos ruso, Francia ha endurecido las medidas de seguridad a ese respecto. Entre otras disposiciones, se ha endurecido la venta de alcohol para llevar en varias ciudades anfitrionas de partidos del torneo y en Lile se ha decidido obligar a los bares a medianoche