Cerca de 5.000 aficionados esperaron, desde las 12.00 horas, la llegada de sus ídolos. Y lo hicieron, pero una hora más tarde, descorchando botellas de champán y saltando como locos, en un autobús descapotable con los colores del equipo.

«Hemos sufrido mucho para volver a primera. Ayer el partido no nos dejó descansar hasta el final . Ahora nos toca disfrutar con los jugadores y mostrarles nuestro cariño», asegura uno de los aficionados, Marcos Martínez.

Y es que, pese a la diferencia de los equipos en la tabla de clasificación, el Ponferradina dominó el partido. En el segundo tiempo llegó, primero el gol grana de Víctor Alonso y luego, a falta de tres para el final, empató la Ponferradina, que se jugaba el descenso a segunda división B. De todas formas, el empate le valía a los granas.

Ayer tocaba celebrar. Los jugadores compartieron la fiesta con los aficionados y se bañaron con ellos en la fuente de la Redonda, con 38 grados de temperatura.

«Esto es una locura grandísima. No sé donde estoy. Me encanta el calor que estoy recibiendo de la gente, pero como siga así me voy a ir a trozos de la Circular. Casi no puedo respirar», nos comentó, Notario, portero titular del Real Murcia.

El Murcia sube  a la italiana

Los aficionados fueron testigos de la tensión del partido Ponferradina-Murcia. Los dos equipos apostaron desde el primer momento por la seguridad. La Ponferradina, controló, pero sin ocasiones de gol. Con un hombre más en el Murcia, gracias a la expulsión de uno de los locales, al final de la primera parte, los visitantes se sintieron más cómodos. Así, los granas consiguieron adelantarse en el marcador, aunque la Ponfe consiguió empatar en el minuto 88.