Los hechos sucedieron en un centro de estética en Tudela. Una mujer se encontraba sola en una cabina de rayos UVA cuando se percató de que alguien introducía un teléfono móvil por debajo de la puerta y con la cámara orientada hacia arriba. En ese momento se vistió y salió de la cabina encaminándose al mostrador.
La víctima se dirigió al encargado de la tienda y éste en un primer momento dijo que no había sido él. La mujer regresó acompañada unas horas después y entonces el hombre reconoció los hechos, alegando que es una práctica habitual para comprobar si los clientes se quitaban la ropa y utilizaban las gafas de protección, según ha informado la Policía Foral en una nota.
La víctima acudió a la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano de Policía Foral en Tudela, donde interpuso la denuncia. El presunto autor reconoció los hechos ante los agentes y fue detenido.
Se ocupa de las diligencias el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 5 de Tudela.
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