El motivo es que esta población se encuentra ubicada en las lindes del río Tajo en la frontera portuguesa, donde en ese año 2011 se halló este virus en garrapatas capturadas de ciervos.

Por ello, según ha explicado González en declaraciones a Europa Press Televisión, se realizaron estudios en ese año y "se analizó a un montón de gente que estaba más expuesta en el campo y demás y todos los resultados fueron negativos".

González también ha indicado que incluso se hicieron analíticas a algunos animales y "no dio ningún tipo de problema, al menos que a mi me conste", ha matizado, toda vez que ha detallado que "es verdad que en esta zona hay mucha ave migratoria que puede portar algún parásito no deseable".