Según han confirmado fuentes policiales, los hechos tuvieron lugar en la madrugada de este miércoles, cuando el 092 recibió un aviso de que se estaba produciendo un episodio de malos tratos en un domicilio de la calle Eiras.

Una vez en el lugar, los agentes llamaron al timbre de la vivienda pero no recibieron respuesta. Poco después, salió del domicilio un hombre "muy alterado" que llevaba un objeto en la mano y con la ropa, cara y brazos manchados de sangre.

Los policías le pidieron que tirase al suelo lo que llevaba en la mano, pero el joven hizo caso omiso y trató de huir del lugar, lo que obligó a los funcionarios a intervenir para reducirlo. En ese momento, se presentó una mujer, la pareja del sospechoso, y se abalanzó sobre los agentes para impedir que estos engrilletasen al joven.

La situación se complicó cuando un perro de raza pitbull, propiedad de la pareja, trató de morder a uno de los policías que, todavía en el suelo, forcejeaba con el presunto agresor.

A pesar de que la mujer presentaba restos de sangre en la cara, en la ropa y una mano, ésta afirmó que no quería denunciar a su pareja "porque le quería mucho". Los agentes, actuando de oficio, se llevaron detenido al varón por un supuesto delito de violencia de género.