El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, ha criticado este martes que el PP compare el caso del consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, sobre quien el TSJA ha abierto diligencias previas tras la denuncia de la Fiscalía, con el de el ya exalcalde de Granada, José Torres Hurtado, que ha dimitido tras su arresto la pasada semana por su presunta implicación en una supuesta trama corrupta. "Se cree el ladrón que todos son de su condición", ha afirmado antes de reclamar a los populares que "limpien su casa".

En la rueda de prensa posterior a la habitual reunión semanal del Consejo de Gobierno, Vázquez ha confiado en que la capital tenga ahora un gobierno estable "que salga de las páginas de casos turbulentos", para que se centre en resolver los problemas de los granadinos y porque lo que ha pasado "no es positivo ni beneficia ni a los ciudadanos ni al buen nombre de Granada".

Así las cosas, al hilo de la comparación que los populares han hecho entre Arellano y Torres Hurtado, Vázquez ha señalado "las comparaciones son odiosas, pero además en este caso son perversas", cuando ha incidido en que el caso del exprimer edil granadino se refiere a "una presunta trama de corrupción inmobiliaria" mientras que el del consejero es "un trámite administrativo sobre la concesión de un proyecto concreto de la Universidad de Sevilla".

"Que cada palo aguante su vela", ha afirmado el portavoz antes de reprochar al PP que "intenta dar lecciones a los demás mientras es siempre muy condescendiente con los casos que afectan a los suyos". Por contra, ha defendido que el Gobierno andaluz "ha tomado las decisiones oportunas cuando ha tenido que hacerlo de acuerdo con la ética que exigen la política y los tiempos que vivimos" mientras que el PP "no puede dar lecciones a nadie".

Sobre la situación de la capital granadina, tras la dimisión de Torres Hurtado, de la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, y del teniente de alcalde, Sebastián Pérez; Vázquez ha reclamado para la ciudad "un gobierno estable, que salga de las páginas de casos turbulentos y que se concentre en la actividad local para trabajar por los ciudadanos y resolver sus asuntos".

Ahora, que salga adelante o no una moción de censura, es una decisión que circunscribe al ámbito local en la que el Gobierno andaluz "no tiene nada que decir", solo desear "lo mejor para Granada: un gobierno estable y solvente sobre el que no haya ninguna sombra de sospecha por presunta corrupción".