Ana Belén Hungría, Elisa Antolín, Eva María Pellicer, Leticia Tarruell y Rocío Ponce han sido elegidas entre más de cien candidatas.
L'Oreal/UnescoElisa Antolín (37 años), doctora en Ciencias Físicas, trabaja en el Instituto de Energía Solar de Madrid. Su proyecto se centra en crear un nuevo tipo de células solares capaces de absorber toda la energía que desprende un rayo de sol.Elisa, embarazada de su primer hijo, reclama medidas para que las mujeres puedan asumir una responsabilidad familiar sin tener que apartarse de la investigación y se muestra incierta ante su futuro. “No sé como voy a compaginar ambas cosas, hay muy pocas ayudas”, señala.Se muestra decidida al exigir que se cumpla la ley y que la comunidad científica tenga sensibilidad hacia las obligaciones familiares de las mujeres. “Aunque nos cueste reconocerlo, la discriminación intelectual hacia la mujer no está totalmente erradicada”, afirma tajante.
L'OrealRocío Ponce Ortiz (34 años) es doctora en Química por la Universidad de Málaga y durante toda su carrera ha perseguido crear una tecnología no dañina para el medio ambiente.La científica invertirá los 15.000 euros en continuar con la búsqueda de materiales orgánicos que sustituyan a los utilizados por la tecnología actual, caros y poco ecológicos. “Podríamos llegar a cubrir las ventanas y paredes de nuestras casas con células solares transparentes y flexibles y cubrir los coches para que se autoabastecieran de energía", asegura. Rocío estuvo a punto de emigrar hace unos años por falta de oportunidades. “El peor momento de mi carrera lo viví al terminar mi estancia postdoctoral, cuando quería permanecer en España. Me encontré con que no tenía ninguna opción aquí y me planteé desarrollar mi carrera en otro sitio”. La científica invertirá los 15.000 euros en continuar con la búsqueda de materiales orgánicos que sustituyan a los utilizados por la tecnología actual, caros y poco ecológicos. “Podríamos llegar a cubrir las ventanas y paredes de nuestras casas con células solares transparentes y flexibles y cubrir los coches para que se autoabastecieran de energía", asegura. El sueño de Rocío es formar parte del grupo de científicos que consiga suministrar la energía mundial necesaria de forma ecológica. La bolsa de investigación es un empuje para cumplirlo y también le supone un alivio en un momento en el que “muchos proyectos españoles mueren por falta de fondos”. Rocío estuvo a punto de emigrar hace unos años por falta de oportunidades. “El peor momento de mi carrera lo viví al terminar mi estancia postdoctoral, cuando quería permanecer en España. Me encontré con que no tenía ninguna opción aquí y me planteé desarrollar mi carrera en otro sitio”. Sin embargo, consiguió permanecer en el país, esfuerzo que ahora ve recompensado con el premio. Respecto al papel de la mujer en ciencia, la doctora señala la difícil conciliación familiar: “Tengo que sacar horas donde no las hay y hacer malabares”. También anima a fomentar la carrera entre los jóvenes. “La carrera de investigadora no te la planteas por desconocimiento, los profesores deberían fomentar más la investigación que se hace en la universidad y en los centros europeos”, afirma.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2308539/0/cinco-cientificas-espanolas/ganan-75000-euros/seguir-investigando/#xtor=AD-15&xts=467263La científica invertirá los 15.000 euros en continuar con la búsqueda de materiales orgánicos que sustituyan a los utilizados por la tecnología actual, caros y poco ecológicos. “Podríamos llegar a cubrir las ventanas y paredes de nuestras casas con células solares transparentes y flexibles y cubrir los coches para que se autoabastecieran de energía", asegura. El sueño de Rocío es formar parte del grupo de científicos que consiga suministrar la energía mundial necesaria de forma ecológica. La bolsa de investigación es un empuje para cumplirlo y también le supone un alivio en un momento en el que “muchos proyectos españoles mueren por falta de fondos”. Rocío estuvo a punto de emigrar hace unos años por falta de oportunidades. “El peor momento de mi carrera lo viví al terminar mi estancia postdoctoral, cuando quería permanecer en España. Me encontré con que no tenía ninguna opción aquí y me planteé desarrollar mi carrera en otro sitio”. Sin embargo, consiguió permanecer en el país, esfuerzo que ahora ve recompensado con el premio. Respecto al papel de la mujer en ciencia, la doctora señala la difícil conciliación familiar: “Tengo que sacar horas donde no las hay y hacer malabares”. También anima a fomentar la carrera entre los jóvenes. “La carrera de investigadora no te la planteas por desconocimiento, los profesores deberían fomentar más la investigación que se hace en la universidad y en los centros europeos”, afirma.
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Eva María Pellicer (37 años), doctora en Química por la Universidad de Barcelona (UB), estudia como investigadora “Ramón y Cajal” en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) una alternativa verde a los combustibles fósiles tradicionales como el carbón y el petróleo.Fueron sus profesores en la Educación Secundaria quienes animaron a Eva María a decantarse por la ciencia en un momento difícil para ella. A la edad de 16 años, le diagnosticaron artritis reumatoide crónica, una enfermedad degenerativa que actualmente le provoca una minusvalía del 67%. “He desarrollado una fuerza de voluntad para seguir adelante a pesar de todo”, asegura. Aunque debe vencer el dolor y el cansancio y no puede pasar estancias largas en el extranjero, la doctora se toma su enfermedad con filosofía: “Lo miro como una oportunidad para dar un mensaje a la gente de que no desista en lo que le guste”.Su postura es muy crítica hacia la situación de la mujer. “No existe igualdad. A pesar de que existen muchas estudiantes, cuando escalas en la carrera investigadora hay muy pocas mujeres, sobre todo en puestos de decisión”, denuncia.
L'OrealLeticia Tarruell (33 años) es líder del grupo junior de Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona. Especializada en física cuántica, experimenta para crear nuevos materiales.Su idea de investigación se ha convertido en el primer experimento en España de construcción de materiales artificiales utilizando el gas de átomos "ultrafrío". La científica persigue simular materiales con átomos a temperaturas próximas al cero absoluto. A pesar de sus conocimientos y su talento, Leticia afirma que en España no podría haberse desarrollado profesionalmente. “Sin la oportunidad de quedarme en París a hacer un máster orientado a los átomos fríos, nunca habría seguido investigando en ese campo”, explica.Leticia, que destaca por haber creado el grafeno artificial, un material que promete muchas aplicaciones, corrobora que no hay muchas mujeres que ejerzan en su campo.
L'OrealAna Belén Hungría (40 años) es investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Cádiz, donde se doctoró en Ciencias Químicas.Su proyecto también acerca una realidad donde la sociedad sea independiente del petróleo. Estudia cómo sustituir este combustible por hidrógeno, mucho más sostenible. “La solución pasa por dedicar financiación y por la participación de las grandes petrolíferas”, explica. Interesada en frenar el cambio climático, durante su tesis doctoral contribuyó al diseño de nuevos sistemas para descontaminar los gases de los tubos de escape de los coches. La carrera científica está pensada por hombres que no tienen obligaciones familiares”, denuncia contundente y añade que cuidar a sus hijos y ocuparse de su trabajo le resulta muy difícil, a pesar de que su pareja es totalmente paritaria. “A diferencia de otros países, las jornadas de trabajo en España no permiten conciliar la vida familiar, no concuerdan con el horario escolar”, ejemplifica.
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